Retrato de mi novio detrás de su cuadro
Mi foto favorita de vos, exactamente esa
que guardo desde que nos conocimos, la foto
de vos adolescente, ¿Tenías 17 años?
Estás frente a uno de tus primeros cuadros.
Detrás, las pinceladas verdes,
los rojos, los naranjas vivos, y vos
con una camisa abierta, bordada a mano
arabescos amarillos, tu brazo firme
capturado en movimiento ligero, mirás
hacia abajo, los labios separados, hermoso
con esas cejas negras, la juventud
se vislumbra en un pequeño lunar
en tu pecho desnudo, una sombra
entre tu cuello fino y tu barbilla.
Una amiga de Israel sacó la foto
en la casa familiar de Belsize Park,
una foto vertical de colores apagados
que me recuerda ese momento exacto
en que nos conocimos, esos días
de paseos interminables por Londres,
de hacer planes para siempre,
cuando te esperaba ansiosamente
cada noche que venías a dormir
a mi habitación del East End
con tu abrigo largo de gabardina,
tus botas de cuero gastadas,
tu piel suave, la emoción de lo nuevo
La casa de mi madrastra al borde del bosque
El moho se la estaba comiendo
desde sus entrañas, el verde
crecía cada día, en un claro junto al bosque
donde pastaban las vacas. La cabaña de bruja se alzaba
con su chimenea humeante,
árboles en llamas que ahogaban
a los lugareños. Fuimos a esa casa maldita una vez, odiamos
sus paredes, la forma de presagiar el desastre, la muerte.
Autorretrato en azul
Estoy en la orilla, el Canal
de la Mancha de fondo, mis pies
en el agua, la sal en el pelo.
Sostengo un hueso de ave, una pipa,
llevo corbata con las letras: L.B.
Miro a la cámara, el ojo
en la luz que pasa, ahí está
justo delante de mí, estoy ahí
en la foto, llevo los anteojos
con forma de dos corazones.
Un sombrero, la máscara,
mi cara en partes, cariátide
de cobalto entre el cielo
y el lapislázuli, los tejados
de casas en la costa, barcos,
gaviotas cerúleas, añil
del mar que disminuye.
Estas piernas peludas,
un arco hacia el mundo azul
del más allá: planeta británico.
Ahora soy de índigo, azur
aceitoso del Río de la Plata.
Mitad hombre, mitad
pez con ojos de zafiro.
Mi voz: un eco ultramarino.
Armadillo
(Chlamyphorus truncatus)
Un escudo sublime
desde la nariz, con uñas salvajes
de gran dama. El mundo
pichiciego, el más pequeño.
No luchó en una guerra
vacua en el Atlántico Sur,
ni murió enterrado, solo
en una isla remota.
Lucha otras guerras
de supervivencia: el futuro
incierto, lo nocturno
al borde, una vida huyendo
de perros domésticos,
gatos salvajes, jabalíes.
Igual, está bien armado
para su tamaño liliputiense
y en la pampa profunda
se esconde, por ahora,
majestuoso y simple
como la arena.
Argentina
Oda en tres partes
1. La geografía
Un río fangoso hacia las profundidades de tu
vientre un camino llano pero roto
una carretera desvencijada vacas
sobre pasto multicolor
donde la historia yace
ahí están los muertos
>>>
Hay capas ocultas, capas enterradas
cráteres que se abren como una boca
>>>
De la montaña más alta, una columna vertebral muy larga
columna vertical que mantiene el conjunto
unido
(o casi)
2. La memoria
Una anciana lava la ropa en un patio sucio
el calor intenso una ciudad gris el puerto
hacia un parque de atracciones
una luna polvorienta una caída acrobática
un carrusel
la cucaracha más grande y el pájaro más pequeño
la carne chisporroteando
cadáveres un partido de fútbol
en el plato del domingo: una familia
disfuncional
en forma de colonia religiosa las hormigas
desaparecen de a poco
van cayendo
van cayendo
3. La historia
Primero los nómadas los gigantes las lanzas interminables
verde bajo las rocas
en los desiertos los caballos de mármol
generalissimos
luego la sangre en autopistas sobre piedras agrietadas
en las aceras subidos a bicicleta y en las fábricas
bajo los árboles debajo de las mesas de la cocina
...
al mediodía los títeres comen barro
mientras la gente berrea agitando banderas bombos
bajo un cielo límpido y un sol sonriente
(la guerra siempre asoma)
...
en las manifestaciones un zapato como una tumba
el barco que los trajo la canoa que los lleva
la llama escupe
el barro se hunde todo se hunde
En el homenaje un globo rojo
un globo azul celeste
enganchado en el poste de la luz
electrificado para siempre
...
Los chicos recitan un himno
con escarapelas en los ojos
un hombre con una sola pierna pide limosna
en todos los idiomas
…
Fuera de la catedral
los arzobispos y las ranas cantan
la canción del no-me-olvides
mientras el coro resucita
entre hombres que se besan
amén
amén
amén
amén
*
Leo Boix
Fotografias: Daniela Ramos
Leo Boix é um poeta e tradutor latinx bilíngue nascido na Argentina que vive e trabalha no Reino Unido.Sua coleção inglesa de estreia, Ballad of a Happy Immigrant (Chatto & Windus, 2021) ganhou o prêmio PBS Wild Card Choice e foi selecionada como um dos melhores livros de poesia pelo jornal The Guardian (Aug 2021). Ele também é autor de duas coleções em espanhol, Un lugar propio (Letras Del Sur, 2014) e Mar de noche (Letras Del Sur, 2014). Sua poesia tem sido incluída em muitas antologias, tais como Ten: Poets of the New Generation (Bloodaxe), The Best New British and Irish Poets Anthology 2019-2020 (BlackSpring Press), Un Nuevo Sol: British Latinx Writers (flipped eye) e 100 Queer Poems, editada por Andrew McMillane Mary Jean Chan (Vintage). Boix ganhou o Bart Wolffe Poetry Prize Award e o Keats-Shelley Prize for Poetry. Ele é fellow do The Complete Works e co-director de ‘Invisible Presence’, um programa para nutrir novas jovens vozes de poetas latinos no Reino Unido.