120 km/h
La voz muchas voces, dice Gladys Mendía para abrirse paso hacia un lugar oscuro, encendiendo las Luces Altas y el motor. Su voz poética señaliza una carretera imaginaria, pinta las medianeras, los arcenes, el cambio de sentido. Marca un itinerario que sigue la línea del verso.
Digamos que existe algo llamando Road Poetry y que da cuenta de cada paso emocional de un recorrido, normalmente de un viaje iniciático o de una huida (que viene siendo lo mismo, pero filmado de espaldas, bien a la vista el maletero y la matrícula de atrás). Pero aquí tenemos llegadas, cambios de rasante, panorámica en movimiento y, de vez en cuando, una ojeada al espejo retrovisor.
lo primero/ no es la luz/ no es la imagen/ lo primero/
es el movimiento en el espacio
Y no huimos, sino que acompañamos dentro y fuera del vehículo, desde la toma interior y cenital, a nuestra autora-conductora. Poeta que vierte en su bitácora cada lugar de un mapamundi reivindicativo y preciso.
Inicia Gladys Mendía un viaje poético, esta Road Poetry, a través de una Latinoamérica surcada de venas (abiertas, como dijo Galeano) como el tejido inflamado deja ver su circulación endodérmica. Es este Luces altas, luces de peligro un libro de versos y mapa de carreteras, con el GPS encendido de la intencionalidad nos lleva a coser los cuatro puntos cardinales, a veces con un exceso de velocidad carente de pausas ortográficas, de stop (puntos), de ceda-el-paso (comas), de semáforos (mayúsculas), porque no hay nada más poético que la fricción del verso en la lengua empujada por la denuncia y de la rueda en el asfalto durante el derrape.
no existe nada más vasto/ que el territorio de la nada
Viajamos junto a Mendía de punta a punta de un continente que debemos intuir sin fronteras bajo su poética globalizadora y su conducción intempestiva. Intuimos el movimiento nocturno, la capota bajada, la piel abofeteada por el viento, pero también por la desigualdad que se vuelve identitaria; la panorámica no es otra que países en evolución y revolución, incómodas sentencias en las paredes, versos-grafiti. El verso es político, el viaje como ruta interior también.
el paseo terminó en la luz de sus colmillos
Pero ¿es frenada o llegada el final del viaje? La poeta aparca en un rincón de si misma para contemplar, en contraposición, un vacío. Se desinstala del movimiento y contempla, como quien llega del viaje y ha de colocar una por una las fotografías, las sensaciones, lavar la ropa sucia acumulada y luchar contra el abatimiento del regreso y el probable jet-lag.
Todas las llegadas sirven para recolocarnos en el punto de salida y es así como Gladys Mendía recapitula hacia lo íntimo su regreso. No hay un punto final sino unos dos puntos en los que enumerar cómo ha quedado el alma después de lo viajado. Lugar a lugar, poema a poema.
Ahora toca avituallarse y volver a partir.
Emma Pedreira
La Coruña, Galicia, 202
Emma Pedreira (A Coruña, 1978). Poeta y narradora en lengua gallega. Como poeta publicó más de diez títulos entre los que destacan Libro das mentiras (Libro de las mentiras), Antídoto o As voces ágrafas (Las voces ágrafas). Su poema “Lista da compra da viúva” (Lista de la compra de la viuda) fue considerado en 2017 el Mejor Poema del Mundo, ganando a tal efecto el Premio Jovellanos de Poesía. Como narradora publicou Besta do seu sangue. Bibliópats y Fobólogos resultó Premio de la Crítica Española en Lengua Gallega en 2017. En 2019 publica su primera obra para el público juvenil , Os corpos invisibles /Los cuerpos invisibles, que recibió el Premio Jules Verne de Literatura Juvenil y el premio de la Gala del Libro Gallego 2020 como mejor obra juvenil. En Baía Edicións publicou as novelas As fauces feroces/Las fauces ferorces, traducida al inglés. En 2021 publica, junto con la ilustradora Laura Romero, el libro XelArias, palabra á intemperie, que visita, en clave de biografía poética de Xela Arias, poeta y traductora a la que se le dedican las Letras Galegas de 2021.